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EN UN PAÍS CON CERCA DE LA MITAD DE SU POBLACIÓN EN LA POBREZA, ALBERTO FERNÁNDEZ GASTÓ MILLONES EN EQUIPAR LA COCINA DE OLIVOS

 

Desde jugueras hasta aparatos de cocina más sofisticados, Alberto Fernández mandó a equipar la cocina de Olivos para calmar su ansiedad.

El Presidente está preocupado por su apetito. La pandemia, la derrota electoral, la «pesada herencia del macrismo» son todas las angustias que hacen que Alberto Fernández se tiente con algo dulce. Por eso, terminó con las reparaciones y el acondicionamiento de los principales edificios de la quinta presidencial de Olivos, una serie de trabajos por los que se desembolsaron 18 millones de pesos.

“Estoy más hace más gordo porque como nos pasa a muchos de nosotros, la angustia de este tiempo la canalizo comiendo dulces”, había dicho el Presidente en el acto de cierre de campaña en Mar del Plata, antes del fatídico domingo que desató la crisis en el Frente de Todos.

Para tapar esa ansiedad, entonces, el primer mandatario compró una veintena de ornamentos que van desde una juguera hasta arrocera para sushi y cocedor de pastas. La lista es larga y la especificidad de los aparatos asombra, mientras el spot del Consejo Federal Argentina Contra el Hambre cierra con la inscripción: “Frente a un contexto difícil, tenemos un Estado presente, con prioridades claras”.

“Normalmente, como [el presidente] es muy simple en sus gustos, le suelo preparar la típica comida mediterránea italiana. Su pasta preferida son los papardelle a la crema de trufa“, expresó el chef Ariel Paoletti, encargado del paladar presidencial.

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