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Agua con gas, ¿hidrata igual que el agua natural?

El consumo de agua con gas, conocida como soda, creció en los últimos años como alternativa a los refrescos azucarados. Esto abrió el debate: ¿hidrata lo mismo que el agua natural y cuáles son sus posibles efectos?

Lo que dice la ciencia

El agua con gas es simplemente agua con dióxido de carbono (CO₂), que genera burbujas. Siempre que no contenga azúcares, edulcorantes ni aditivos, los estudios confirman que hidrata igual que el agua natural.

Un trabajo publicado en el American Journal of Clinical Nutrition mostró que el índice de hidratación del agua con gas es prácticamente idéntico al del agua común. La Escuela de Salud Pública de Harvard ratifica que puede ser una opción válida y preferible para quienes disfrutan de la sensación efervescente.

Cantidades recomendadas

  • Consumo seguro: 1 a 2 vasos al día (200 a 400 ml) en adultos sanos.

  • Beneficios: ayuda a la hidratación, genera saciedad y en algunos casos mejora la digestión ligera.

  • Límite: el exceso puede provocar hinchazón abdominal, gases o molestias digestivas, sobre todo en personas con colon irritable, reflujo o distensión.

Precauciones

  • Revisar la etiqueta: algunas aguas tienen alto contenido de sodio, calcio o magnesio, lo que no es recomendable en personas con hipertensión, cálculos o enfermedades renales.

  • Niños y personas con problemas digestivos: mejor limitar el consumo.

  • La fuente principal de hidratación debe seguir siendo el agua natural, y la soda solo un complemento.

En conclusión

El agua con gas hidrata igual que el agua común, pero debe consumirse con moderación. Elegida en su versión natural (sin azúcares ni saborizantes), puede ser una alternativa saludable frente a los refrescos tradicionales, siempre adaptada a las necesidades de cada persona.

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