Nuestro país, según datos oficiales, se acerca al ciento por ciento de inflación en el último año. Obviamente, en la práctica, en el bolsillo de todos los días, el número es mayor. Estas cifras la posicionan entre los peores cinco países del mundo. Un verdadero desastre gubernamental.
No hay caso. La gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía fracasa estrepitosamente en su misión de bajar la inflación. Durante enero de 2023 llegó a 6 % y, según el Indec, el índice interanual acumula un 98,8 %, lo que ubica al país como una de las naciones con mayor inflación en el mundo. Solo cuatro países la supera: Venezuela (305,7 %), Zimbabue (244 %), Líbano (142 %) y Sudán (102 %).
La pandemia del COVID-19 y la invasión rusa a Ucrania repercutieron en la inflación en Estados Unidos, el continente europeo y Sudamérica. En muchos caso debieron aplicar medidas duras para bajar o congelar los precios, ajustando el gasto de Estado. Sin embargo, Argentina no logra frenar los precios y se va acercando al cuarto peor país en el mundo, Sudán.
La Venezuela de Nicolás Maduro, después de tres años de hiperinflación, desaceleró el agudo proceso y, aunque aún supera los 300 puntos, bajó más de la mitad, ya que en 2021 había alcanzado un pico de 660 %.
Zimbabue atraviesa una profunda crisis desde hace décadas y cerró 2022 con 285 %. Su moneda está tan devaluada que tiene el circulación un billete ¡de 10 billones de dólares zimbabuenses!
El Líbano luchaba con una grave crisis económica y política, y la pandemia le asestó un duro golpe. Faltan alimentos, servicios y las peleas por el poder no le permiten implementar las reformas estructurales que le reclama el Fondo Monetario Internacional para desembolsar un paquete de rescate.
Sudán es el cuarto país más inflacionario del mundo. Un golpe militar derrumbó su economía. Hasta octubre del año pasado, Sudán acumulaba una inflación anualizada de 102 %, apenas un poco por arriba de las cifras que hoy alcanza nuestro país.
