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ARGENTINA ¿SE DESPIDE DEL CORONA VIRUS?

 

Si bien los especialistas aseguran que el escenario actual es “muy favorable”, recomiendan no abandonar los cuidados. De todas formas, sobrevuela una sensación de que la pandemia agoniza y los ciudadanos empiezan a perder el miedo a salir a la calle.

 

En Argentina, como se reveló en otras partes del mundo, la propagación de Ómicron disminuyó tan rápido como había escalado, y a la inmunidad por infección se sumó la protección alcanzada por una adecuada cobertura de vacunación. En el plano social, un escenario de mayor calma se tradujo en una baja en la percepción del riesgo de la población y, por primera vez en mucho tiempo, se respiran aires de cierta normalidad. A todo esto se suma el otro fenómeno de excepción: la guerra entre Rusia y Ucrania se lleva buena parte de la cobertura mediática que en 2020 y 2021 había sido monopolizada por la covid-19.

 

En una conferencia de prensa reciente, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, afirmó que la curva de Ómicron “estaba prácticamente terminada” y que el país marchaba rumbo a “una etapa de transición”, hacia la endemia. Su par de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, se mostró más cauto y enfatizó la posibilidad de que existan nuevas olas cuando el clima se recrudezca hacia otoño e invierno, y los eventos sociales se realicen a puertas cerradas.

 

“La pandemia no terminó, aunque es cierto que Argentina está viviendo una situación epidemiológica muy positiva. Los casos han bajado significativamente y los fallecidos hacen lo propio aunque más lento. Es un escenario completamente distinto, gracias a la cobertura de vacunación con esquema completo y refuerzos”, aseguro una bioquímica e investigadora del Conicet.

 

Las infecciones disminuyeron y ello es indudable: si el 14 de enero se informaron 139.853 casos como pico absoluto de toda la pandemia; durante la última semana, el promedio se estacionó en seis mil contagios diarios. El otro dato significativo se advierte en la ocupación de camas de terapia intensiva: en relación a las 2.945 registradas a fines de enero, en el presente esa cifra se redujo a menos de la mitad, unas 1.035.

 

La campaña de vacunación realizada por el país fue uno de los aspectos que mejor explican la actualidad de la pandemia a nivel doméstico. Argentina ha inmunizado al 89 por ciento con una dosis, al 80 por ciento con la segunda y al 37 por ciento con el refuerzo.

 

El pasaje de la pandemia a una endemia parece ser uno de los fenómenos más esperados. En concreto, consiste de dejar una situación de imprevisibilidad y de alta complejidad, y encaminarse hacia un escenario de mayor control. A pesar de que los números acompañan y que las curvas se achatan desde hace semanas, los especialistas evitan los vaticinios. “Todavía no podemos afirmar que estamos en una endemia, hace falta tiempo. Será posible dar ese paso cuando la enfermedad esté controlada y podamos predecir lo que ocurrirá. Hasta el momento no podemos”, destaca un científico y añade “Si los casos se suman de a miles por día y se registran brotes en diversos lugares no podemos asegurar que estamos en endemia. Para ello necesitaríamos tener casos constantes sin grandes picos; todavía nos falta ejercer más control. En los lugares en los que el virus no estuvo aún, va a explotar. De eso no tenemos dudas”.

 

 

“La ola de Ómicron está pasando a nivel mundial con casos a la baja durante las últimas cuatro semanas, asunto que también se refleja en la cifra de fallecidos diarios. Sin embargo, el promedio de los últimos siete días indica unas siete mil muertes en cada jornada a nivel global” indicaron los expertos y concluyen “El planeta afrontará pequeños brotes. Gracias a la inmunidad por infección y por vacunas recuperaremos cierta normalidad. El virus cada vez cuenta con menos espacio para circular, salvo, claro está, en naciones con menor cobertura. Pero hay que decirlo: Ómicron no se fue y no se va a ir”.

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