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Caos en Tigre: Tormenta Desvela la Ineptitud en el Manejo de Emergencias

La madrugada de hoy, un fuerte temporal azotó el Área Metropolitana de Buenos Aires, dejando a su paso caos y desprotección en Tigre. Uno de los incidentes más graves ocurrió en la Escuela Media 4 de Benavídez (Las Héras y Córdoba), donde parte del techo colapsó, generando una alarma inmediata. El establecimiento, que también alberga al CENS 458, sufrió daños que, según las autoridades, tardarán “aproximadamente una semana” en ser reparados. Sin embargo, la pregunta es: ¿cómo es posible que una estructura escolar se desplome de esta manera sin que las autoridades hayan tomado medidas preventivas?

En un intento de tranquilizar a la comunidad, la Municipalidad de Tigre informó que a las 6 AM el personal municipal ya había retirado las chapas caídas y dejado todo en «orden». Pero, ¿cómo se puede llamar “orden” a una situación en la que la infraestructura pública colapsa ante la más mínima muestra de mal tiempo? Afortunadamente, no hubo heridos, ya que el establecimiento se encontraba vacío, pero esto no es una excusa para la falta de acción preventiva.

Mientras tanto, el temporal dejó a los vecinos de Tigre y toda la Zona Norte completamente a merced de la tormenta. Cortes de luz generalizados y problemas con el tendido eléctrico evidencian la crónica falta de mantenimiento y de capacidad para gestionar una crisis de esta magnitud. La falta de preparación de los responsables en cada barrio y localidad se hizo evidente con las inundaciones que afectaron a muchos hogares, junto con fuertes ráfagas de viento y lluvias torrenciales.

Es imposible ignorar que estos eventos no son solo el resultado de un clima severo, sino de la negligencia sistemática de las autoridades encargadas de garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. La indignación crece entre los vecinos, que se sienten abandonados ante la falta de respuestas y la ineficiencia de quienes deben garantizar la infraestructura y los servicios básicos.

Este tipo de situaciones no deberían repetirse. La falta de prevención y la desidia de los responsables solo provocan sufrimiento y frustración entre los habitantes de Tigre. Las autoridades deben hacerse cargo de sus errores y tomar las medidas urgentes para evitar que el caos vuelva a ocurrir.

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