En un partido aburrido y con polémicas, triunfó con justicia el equipo local ante un elenco de Gallardo muy flojo que no generó nada.

El superclásico siempre despierta interés, evoca recuerdos, alimenta la pica contra los hinchas del rival y moviliza expectativas para ver cómo cada equipo resuelve la situación en los 90 minutos y sus adicionales. En esta nueva edición, ambos quedaron en falta en este último punto, pero Boca se llevó tres unidades fundamentales.

¿Por qué es importante la victoria xeneize? En primer lugar, porque sumó los tres puntos que precisaba para pelear el campeonato, aprovechando la irregular campaña de los equipos que lo superaban en la tabla de posiciones, que en esta fecha no habían ganado, a excepción de Argentinos Juniors. De esta manera, el elenco que dirige Hugo Ibarra se encuentra a dos puntos del líder, Atlético Tucumán, que empató en cancha de San Lorenzo 1 a 1; a uno de Gimnasia y Esgrima La Plata, que perdió en el Marcelo Bielsa 2 a 0; y con los mismos 32 puntos que Huracán, que igualó en Victoria 1 a 1. Godoy Cruz, que fue goleado en Santiago del Estero, quedó un punto debajo de Boca; Argentinos a 2, River a 3 y Racing a 4 (cayó contra Estudiantes 1 a 0).

En segundo lugar, porque ganar un clásico inyecta sicológicamente las fuerzas y el entusiasmo necesarios para enfrentar las nueve fechas restantes, incluyendo las dos que vienen que se juegan en pocos días: Boca va a la cancha de Lanús el miércoles y recibe a Huracán el otro lunes.

Partido muy flojo de River, al que se lo vio perdido y generó muy pocas, apenas un par, situaciones de gol. Salvo De la Cruz, el resto aportó muy poco. Incluso nos sorprendieron los cambios de Gallardo que, necesitando igualar el partido, puso a un delantero ¡por otro delantero! (Beltrán por Suárez) o, cuando Boca hizo entrar a un defensor por un volante (Zambrano por Payero) dejó intacta la línea de cuatro en el fondo, línea que, en el primer tiempo, la compuso con un quinto jugador (Herrera). Extrañas decisiones en un técnico como Gallardo que, en varios partidos, no logró conformar el magnífico River de otros años.

Un superclásico futbolísticamente hablando muy malo. Boca fue más, pero no asedió a su rival. El gol fue una jugada aislada, un córner, en la que Benedetto aprovechó muy bien para desmarcarse burlando a Pérez y Pinola y conquistar de cabeza un triunfo muy festejado. Boca está en carrera para un nuevo título. Faltan 27 puntos.