Los trabajadores ya no dan más. Incluso aquellos que habían apoyado al kirchnerismo en las últimas elecciones se encuentran desilusionados, y protagonizan cortes, paros y piquetes manifestando su total oposición al abandono en que los ha dejado este partido político. Los mismos que criticaban el cierre de escuelas en tiempos de Vidal hoy dejan en situación de hambre a miles de docentes, advirtió la izquierda.
“Yo voté a este Gobierno. Un descontento total: decían que no iban a ajustar a los trabajadores y es lo que están haciendo”, dijo una de las 22 mil docentes del programa +ATR, que el gobierno de Axel Kicillof acaba de dejar en la calle, antes de comenzar el receso de invierno. “Me desilusionó lo que voté”, remata desde la carpa que montaron para visibilizar el reclamo, el pasado jueves frente a Gobernación de la Provincia de Buenos Aires en La Plata.
Fuentes de la izquierda afirman que, desde que Kicillof asumió la gobernación, tomó medida tras medida contra los trabajadores. En lugar de invertir socialmente respaldó el acuerdo con el FMI y envió a la Legislatura un presupuesto que profundizó esta orientación de ajuste. Autorizó un nuevo endeudamiento en la Provincia, no solamente en dólares y en pesos, sino también en bonos del Tesoro de la Deuda, es decir, los fondos de los jubilados. Definió una pauta salarial muy por debajo de la inflación para los estatales, y solamente contempló puestos en planta permanente para las fuerzas de seguridad, mientras que para los trabajadores de la educación ofreció puestos de trabajo precarios, sin derechos, como los más de 20 mil docentes ATR que acaba de echar.
Como si fuera poco amplió la carga horaria a un régimen de 40 horas, tirando por la borda las 30 conquistadas en ese sector. Los gremios UPCN y ATE son cómplices directos. Solo por el rechazo obrero no logró privatizar el astillero Río Santiago aunque aún desea hacerlo con el Instituto Biológico.
Lo cierto es que Kicillof, en medio de una crisis económica y social cada vez mayor, ajusta echando personal docente, castigando a las familias más pobres. Los mismos que criticaban a Vidal dejan en la calle a 22 mil personas. Sin dudas, es peor el remedio que la enfermedad.
