Messi se hartó y se lo blanqueó a su familia en una charla casi sin testigos. Hace años que no decide por él solo aunque sea una figura mundial.
Ya no soporta más convivir con dirigentes de los que desconfía, que son capaces de armar una campaña de desprestigio contra el propio equipo. No quiere darle más la mano a Bartomeu ni para una foto. No los quiere como directivos ni como personas. Messi quiere volver a ganar y piensa que el lugar ni la gente están donde soñó quedarse a vivir para siempre.Messi tiene 33 años. Hace 5 temporadas que no gana el trofeo que más quiere después del Mundial. Le quedó lejano estar en el plantel de la Champions 2006. O ser decisivo en 2009, 2011 y 2015. Messi quiere hacer el intento otra vez. Quiere ganar la Champions. Y en Barcelona no lo veía posible. Por los últimos palazos de Bayern Munich, de Roma, de Liverpool. Más todos los manejos que ya vio y huele que se vienen en el club.
Con el correr de los minutos y la salida de algunos dirigentes la temperatura se fue elevando en los alrededores del estadio del Barça: “¡Bartomeu, dimisión!”, gritaron los hinchas que se manifestaron pacíficamente ante las cámaras de algunos medios locales y bajo la atenta mirada de efectivos policiales que se situaron en el lugar para evitar conflictos. Seguramente las limitaciones sanitarias vinculadas al coronavirus atentaron contra una congregación masiva.
Los motivos de Messi:
SU RELACIÓN ROTA CON LA DIRECTIVALA
LLEGADA DE RONALD KOEMANLA
INMINENTE SALIDA DE LUIS SUÁREZLA
FALTA DE JERARQUÍA EN LA PLANTILLALOS
ÚTIMOS RESULTADOS DEL BARCELONA