Francisco cuestionó al Gobierno de Alberto Fernández en un reportaje que le concedió a una agencia de noticias estadounidense.
La ironía que usó el papa Francisco para referirse a la Argentina es más dolorosa que sus palabras más precisas. Es esa ya conocida ilustración de que Dios le dio a nuestro país todas las riquezas, pero para compensar puso a los argentinos.
La cabeza de la Iglesia Católica Apostólica Romana dijo que “la inflación está en un nivel impresionante” y que “la pobreza está en un 52%, ¿qué pasó? Mala administración, malas políticas”.
En la nota afirmó que no visitará su país natal, al menos por el momento: “Estuvo programado en 2017, Chile, Argentina y Uruguay. Noviembre, ¿qué pasó? Michelle Bachelet terminaba y yo quería ir. Lo pasamos a diciembre, pero caer en enero en la Argentina, uno no encuentra ni al perro en la calle; es como el agosto romano. Si recuerda, hicimos Chile y Perú, y después ya no se reprogramó más”.
Entre otros temas señaló que “la homosexualidad no es un delito, pero es pecado. Bueno, primero distingamos pecado por delito. Pero también es pecado la falta de caridad con el prójimo”.
Con respecto a la relación de la cúpula con China dijo: “Vamos dando pasos en el diálogo con China, a veces son un poco cerrados, a veces no, cada caso de nominación de obispo se mira con lupa, lo principal es que no se rompe el diálogo”.
Consultado sobre el uso de armas por los civiles acotó: “cuando hay que defenderse no queda otra que tener los elementos para defenderse. Otra cosa es cómo esa necesidad de defenderse se va alargando, alargando, y se transforma en una costumbre, en vez de hacer los esfuerzos para ayudarnos a vivir, hacemos el esfuerzo para ayudarnos a matar”.
