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Impacto de la Cuarentena: Según la UCA, 1 de cada 3 niños argentinos no accede a los alimentos básicos.

Más de 4,7 millones de menores de 17 años sufren de inseguridad alimentaria. En esa franja la pobreza se extendió a 8,8 millones de personas. Además, 2 de cada 3 menores viven en hogares pobres.

Los indicadores de indigencia y pobreza infantil se agravaron con el ASPO y la insuficiencia de los planes asistenciales, en particular para los tramos de 4 a 17 años según el Informe “Avance, Apartado derecho a la alimentación y subsistencia, del Observatorio de la Deuda Social Argentina”.

Logramos que no haya argentinos con hambre

Alberto Fernández en el cierre de la última Conferencia Industrial de la UIA.

La frase contrasta con los datos brindados por Ianina Tuñón, investigadora responsable del estudio sobre los “Efectos del ASPO – covid-19 en el desarrollo humano de las infancias argentinas. “El incremento de la inseguridad alimentaria en el último período interanual se registra principalmente en los niños/as entre 5 y 12 años, de 15,1% a 16,7%; y en mayor medida en los adolescentes de 13 a 17 años, de 28,2% y 35,4%”, resaltó la investigadora en su trabajo.

Según la proyección censal de la población Argentina, al momento del relevamiento del ODSA residían en el país 13,7 millones de niños y adolescentes (de 0 a 17 años), de los cuales 4,72 millones padecían carencias alimentarias, 590 mil más que un año antes, aunque con un desagregado de disminución en 30.000 personas en el tramo de 0 a 4 años, a 1,1 millones, y aumento en 620 mil en la franja de 5 a 17 años, ascendió a 3,6 millones.

Ianina Tuñón contó que el aumento se debe a que “En los planes de asistencia alimentaria, como la Tarjeta Alimentar, los más protegidos suelen ser los menores de 6 años”, que ha permitido sustituir la caída de la asistencia alimentaria directa en escuelas y comedores de 39,2% a 23,2% de la población hasta 17 años, por efecto del cierre de los establecimientos educativos desde el 20 de marzo que se decretó el ASPO, que determinó a la escuela como “servicio no esencial”.

Se advierte que entre quienes reciben la Tarjeta Alimentar la propensión a experimentar inseguridad alimentaria severa es sensiblemente menor que la observada entre quienes no reciben este beneficio (11,5% y 17,3%, respectivamente).

Ha sido increíble el efecto de esa transferencia monetaria pese a la alta inflación. Pero, en general, no se extendió a los de más de 6 años, que es la franja más desprotegida, en particular porque en los hogares más carenciados su presencia en el grupo familiar es notablemente menor”, agregó la investigadora responsable del estudio.

“El 15,5% de los niños y adolescentes hasta 17 años padecen de inseguridad alimentaria severa”

Ianina Tuñón, Investigadora

“Están mal nutridos, se caracterizan por consumir exceso de hidratos y azúcares, por eso en el plan integral de regreso a la escuela se debería incluir el fomento de las frutas y verduras, y también la necesidad del desayuno”, agregó Tuñón.

Un factor determinante de este cuadro socioeconómico, tanto por la situación presente como en perspectiva para las posibilidades de crecimiento del país en su conjunto, se vincula con la baja tasa de participación de la población en el mercado de trabajo, menos del 50% del total, y con que de esa proporción más de un tercio lo hace en condiciones precarias y con ingresos muy inferiores al promedio general.

El relevamiento del ODSA se hizo a través de entrevistas telefónicas entre julio y octubre últimos, por línea fija y móvil, a 5.728 hogares con 17.920 personas, residentes en 20 aglomerados urbanos de más de 80 mil habitantes a quienes se les consultó sobre las privaciones económicas o déficit de desarrollo humano, en particular, y en este último relevamiento, el impacto del escenario covid-19.

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