El viernes 13 de agosto, pasadas las 19, en un domicilio ubicado en el partido de la Matanza, una familia se disponía a salir de su domicilio y cuando se preparaban para subir al vehículo familiar que se encontraba estacionado sobre la vereda, fueron abordados por un grupo de delincuentes.
El padre y su hija, fueron sorprendidos por los cuatro criminales y Martina, de tan solo 7 años, fue obligada a descender del vehículo. Luego lo hizo Diego, su papá, que permanecía arrodillado en la vereda. El hombre llamó a la niña y ambos se abrazaron hasta que lograron estar a salvo.
Laura, la esposa de la víctima, relató que a la hora y media de haber llamado al 911 se presentó un móvil policial en la puerta de su casa. Luego señaló que se dirigieron hasta la comisaría y que allí debieron aguardar otra hora para que les tomen la denuncia.
“Sentí un alivio porque quería bajarla, pensé que me la llevaban. Mi desesperación era bajarla, aunque me pegaran la iba a bajar. Me dieron un culatazo, no llegó a ser fuerte, justo tenía la gorra que amortiguó el golpe. Martina estaba llorando, me abrazaba y no la podía calmar. Por lo menos ya se habían ido y era un alivio”, expresó Diego a Telefé.
“Lo peor ya pasó y la nena está bien, eso era lo más importante para mí. La bronca todavía sigue. Hay que cuidarse cuando uno sale, mirar para todos lados, porque están a la expectativas”, sostuvo la víctima.