La conductora brindó detalles sobre su noviazgo con el cantante, que “está creciendo sobre buenos cimientos”
Casi como la leyenda del hilo rojo, aunque anudado en un solo extremo, el destino quiso que la vida uniera a Julieta Prandi con Emanuel Ortega más tarde que temprano, pero justo a tiempo. Porque ocurrió cuando debía ser. Ni antes, ni después. Al menos, así lo cree la cantante.
“Nosotros estábamos destinados a conocernos, a estar juntos. ¡Mirá que era difícil que nos cruzáramos…! Este amor llegó con total naturalidad, en el momento más oportuno: cuando había vuelto a enamorarme de mí misma y, por ende, estaba lista para enamorarme de alguien más”, explicó Prandi en una entrevista con la revista Gente, cuya portada la muestra en exclusiva, acompañada por un título por demás elocuente: “Siento que me enamoré para siempre”.
Pero entonces, ¿cómo sucedió? De una forma que unos años atrás no hubiera sido posible: por las redes sociales. Porque todo se produce cuando debe ser. “Nació por Instagram, conectamos de inmediato y pasamos al vínculo telefónico”. El noviazgo ya cumplió tres meses, aunque la actriz lo confirmó recién hace unas semanas. Y hoy, es pura ilusión. “Es una relación nueva y estoy segura de que está creciendo sobre buenos cimientos”. Entonces, reveló: «Honestamente, de chica me gustaba”.
Cuando la modelo era adolescente, el hijo de Palito Ortega gozaba de una popularidad propia, transitando lo que parecía ser el inicio de una exitosa trayectoria como cantante. Julieta y Emanuel no se cruzaron por entonces: aquel deseo no era más que el de una joven anónima con el músico que aparecía en televisión. Tampoco se vieron más tarde, pese a las probabilidades. Y es que ella construyó una carrera en los medios, primero como modelo y luego como actriz y conductora. Y los dos ya frecuentaban el mismo ambiente, con conocidos en común, si bien él terminó alejándose de la canción. Pero no. Ni cerca estuvieron.
Recién hace unos meses coincidieron por las redes. Y cuando ella estaba preparada, luego de haber superado un divorcio conflictivo con el empresario Pablo Contardi. Del padre de sus dos hijos (Mateo, de nueve años, y Rocco, de cinco) se separó a mediados de 2018, comenzando lo que la actriz define como “un infierno”, con violencia psicológica, engaños y sometimiento, además de la pérdida de mucho dinero que la hizo perder todo lo ganado en dos décadas de trabajo. Lo dicho: aquí, todo es una cuestión de tiempo.
“Estaba pisoteada, desamorada, desvalorizada. Yo conocí el infierno. Y costó volver a pararme en mí. Tuve que volver a creer en los logritos que iba teniendo. Volví a nacer como mujer, como profesional… y hasta económicamente”. Y allí sí, percibió a Emanuel, quien poco después de Julieta también transitó su propia separación: en agosto de 2018 se separó de la también modelo Ana Paula Dutil, la mamá de sus dos hijos, Bautista (19) e India (14).
“Me robaba sonrisas. Me cambiaba la cara. Me daba alegría. Me devolvía una sensación muy olvidada: puedo ser yo, realmente yo -destacó Prandi sobre Ortega-. Cuando nos conocimos no necesité el recurso de mostrar la mejor versión de uno. Con él no debo cambiar mi forma de ser, de hablar ni de organizarme. A esta altura de mi vida y de mi historia, solo quiero verdad: entregarla y recibirla”.
Julieta describe a Emanuel como alguien “sencillo y honesto”: la enamoró su “simpleza”. Con el cantante hablan “el mismo idioma”. Y aunque tardó en concretarse, el amor resultó fulminante: “En el primer encuentro lo miré a los ojos y ya no tuve dudas: era el hombre indicado”.