La Argentina registró nuevamente en agosto la segunda inflación anual más alta de América Latina y la tercera más alta del mundo. El ranking global, una vez más, lo encabezó Venezuela con 13,5% el mes pasado y la Argentina quedó muy cerca, con el 12,4%, la cifra mensual más alta desde antes del inicio del plan de convertibilidad en 1991.
“Este comportamiento de la inflación en agosto ocurrió en un contexto en el cual la tasa de cambio del bolívar respecto al dólar aumentó 8,3% en el mercado paralelo, mientras que la tasa de cambio del dólar oficial subió 10,5%. Ello significa que los precios sobre reaccionaron a la depreciación del bolívar, con lo cual se podría estar observando una trayectoria inflacionaria difícil de detener al estar la economía sin un ancla o referente para la formación de los precios”, indicó este ente independiente, con palabras que podrían aplicarse a la Argentina.
“Entre tanto, en medio de esta espiral inflacionaria, las remuneraciones del sector público se mantienen congeladas desde marzo de 2023, con lo cual el poder adquisitivo de los trabajadores activos y pensionados ha experimentado un notable deterioro, lo que indudablemente debilita el consumo e inhibe el crecimiento de la economía”, agregaron sus expertos. La Argentina también experimenta una situación de alta inflación –que podría ascender al 170% en diciembre- y de caída de su PBI este año, que para los expertos rondaría el 3%.
A nivel global, con un mes de retraso en sus datos, El Líbano, hundido en un fuerte conflicto civil y político, sigue ubicado como el segundo país con la más suba de precios del mundo, con el 252% en julio y la mayor tasa de inflación en alimentos, del 350%, según el Banco Mundial, seguido por la Argentina con el 115%.