Los diputados opositores que integran la Comisión de Juicio Político contra la Corte Suprema presentarán el debate en la comisión para rebatir los argumentos infundados para enjuiciar a los cuatro miembros del máximo tribunal. Luego buscarán acortar lo máximo posible el proceso de investigación para evitar el desgaste al que estarán sometidos los jueces.
Los diputados de Juntos por el Cambio no tienen mayoría en la comisión para imponer los tiempos del debate, pero condicionarán al Gobierno Nacional al no dar quorum en las comisiones ni en el recinto de la Cámara de Diputados para tratar las leyes que requiere el Poder Ejecutivo mientras el enjuiciamiento siga en curso. Cuanto más tiempo se prolongue el ataque del kirchnerismo contra el Poder Judicial, más tiempo se demorará la sanción de las iniciativas que el partido oficial precisa.
“Nuestro objetivo primordial tiene que ser tratar de que este embate contra la Corte Suprema, que tanto daño al Poder Judicial y al país termine lo antes posible”, confirmó el diputado Pablo Tonelli (foto), diputado y miembro del Consejo de la Magistratura.
El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, jefe de la UCR, manifestó al respecto: “La decisión del gobierno nacional de arrancar la última quincena de enero el juicio político a la Corte va a modificar toda la agenda parlamentaria de este año. El gobierno nacional se mete en un problema, y nos mete a todos los argentinos en un tema de gravedad institucional que no podemos permitir”.
La estrategia apunta al ministro de Economía, Sergio Massa. Antes de que el presidente Alberto Fernández diese a conocer su pedido de juicio político a la corte, había negociado con sectores de la oposición para que se avanzara en el tratamiento de leyes clave para su gestión: fomento a la agroindustria, exportación de gas natural licuado y monotributo para el sector tecnológico.
Sin el apoyo de Juntos por el Cambio ni del interbloque Federal, y con minoría en la Cámara Baja, al kirchnerismo se le tornará imposible la labor en el Congreso. Una tensión innecesaria en un país muy complicado económica y socialmente, generada por las decisiones de Fernández, Fernández y su gente.
