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Las claves del caso Diego Soto: dudas, pericias y un giro inesperado en la investigación

La investigación por la muerte de Diego Soto, el subcomisario hallado con una puñalada en su casa de Banfield, volvió a tomar fuerza en las últimas semanas. Nuevas pericias, declaraciones enfrentadas y presuntas inconsistencias en la escena del crimen mantienen abierta la discusión sobre si se trató de un suicidio o de un homicidio cuidadosamente encubierto.

Una muerte que nunca terminó de explicarse

Soto apareció muerto el 27 de enero de 2023. Estaba solo en su departamento, ubicado en el barrio de Banfield, y tenía una sola lesión mortal: una puñalada en el pecho.
Desde el inicio, un sector de la fuerza policial y de la Justicia sugirió la hipótesis del suicidio. Sin embargo, la familia del subcomisario, sus allegados y parte de los investigadores nunca la consideraron convincente.

Los nuevos cuestionamientos de la querella

Las dudas crecieron con el correr de las semanas. Un informe pericial independiente, solicitado por la familia, describió una serie de elementos incompatibles con la idea de que Soto se provocó la herida de forma voluntaria.

Entre esos puntos se destacan:

  • La dirección de la puñalada, más asociada al movimiento típico de una persona zurda.

  • La ausencia de rastros compatibles con un suicidio, como sangre en determinadas superficies o huellas coherentes con la mecánica del hecho.

  • Irregularidades en la recolección de pruebas durante las primeras horas.

La familia sostiene que Soto no era zurdo y que nunca mostró signos de angustia profunda que anticiparan una conducta autodestructiva.

La duda central: ¿cómo pudo apuñalarse?

Uno de los interrogantes técnicos más relevantes se repite en el expediente y entre los especialistas:

“¿Cómo puede alguien diestro apuñalarse como un zurdo?”

Esa frase se convirtió en el eje de la controversia. Los peritos que acompañan a la familia afirman que la trayectoria de la herida, la profundidad y el ángulo no coinciden con un movimiento natural de una persona diestra. Además, señalan que el tipo de lesión suele encontrarse en ataques cometidos por terceros.

Una escena que generó más preguntas que respuestas

Los investigadores describieron una vivienda sin signos de pelea ni desorden. Sin embargo, la querella sostiene que esa calma aparente podría indicar otra cosa:
una escena manipulada.

Según el informe presentado por la familia:

  • Faltaban elementos importantes que deberían haberse secuestrado.

  • No se preservó adecuadamente el lugar.

  • Hubo demoras y contradicciones entre los primeros efectivos que llegaron al domicilio.

Estos puntos alimentaron la sospecha de un posible encubrimiento.

La familia, firme en su postura

Los padres y hermanos de Soto descartan absolutamente la hipótesis del suicidio. Aseguran que Diego no estaba deprimido, que tenía proyectos y que nada anticipaba una decisión extrema.
También remarcan sus antecedentes en la fuerza: un policía experimentado, disciplinado y meticuloso.

Ellos sostienen que fue asesinado y que el crimen estuvo vinculado a su actividad profesional.

Qué puede pasar ahora con la causa

La causa sigue abierta. La Cámara deberá decidir si ordena nuevas pericias, una reconstrucción del hecho o una ampliación del informe forense.
Al mismo tiempo, la querella insiste en que la investigación inicial fue deficiente y reclama que intervenga otro equipo de peritos.

Lo cierto es que, a casi tres años de la muerte de Diego Soto, la Justicia aún no encuentra una respuesta concluyente. Y la pregunta que marcó la investigación desde el inicio —cómo se provocó la herida mortal— sigue sin una explicación satisfactoria.

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