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¡Luz Verde en Wall Street! JP Morgan, BNP Paribas y Morgan Stanley Celebran el Fin del Cepo Cambiario en Argentina

El anuncio de la eliminación de las restricciones cambiarias generó una ola de optimismo entre los gigantes financieros de Wall Street. JP Morgan, BNP Paribas y Morgan Stanley no dudaron en expresar su visión positiva tras el acuerdo con el FMI y la decisión del Gobierno argentino. ¿El veredicto? Un futuro prometedor para la acumulación de reservas, el crecimiento económico y la llegada de inversiones.

Mientras el dólar oficial cotiza alrededor de los $1.190, estas tres potencias financieras destacaron que el nuevo esquema cambiario, con su sistema de flotación entre bandas ($1.000 – $1.400 con deslizamiento mensual del 1%), sienta las bases para desbloquear el potencial económico del país, reprimido durante años.

JP Morgan fue contundente en su análisis: «Los avances en materia de política representan un paso significativo que permite al país liberar un potencial que estuvo reprimido durante décadas por decisiones políticas deficientes”. Además, anticipan que la mayor liquidez en dólares, impulsada por el apoyo internacional, dará flexibilidad al tipo de cambio y facilitará la formación de precios, lo que a su vez permitirá aliviar las restricciones para individuos y empresas. Con una política fiscal más ajustada, el banco estadounidense vislumbra un impacto positivo en la inversión y el crecimiento, abriendo la puerta al regreso a los mercados internacionales y a una desinflación sostenida a mediano y largo plazo.

Sin embargo, JP Morgan advierte que el camino no estará exento de desafíos, dada la fragilidad financiera del país. La estabilidad política y la implementación de reformas macroeconómicas serán cruciales para consolidar la estabilización y elevar el ahorro nacional. En el corto plazo, esperan que el tipo de cambio oficial se estabilice por debajo del paralelo, impulsado por la oferta de divisas del sector agropecuario, reduciendo la brecha cambiaria a un 5%. Si bien anticipan presiones inflacionarias transitorias en bienes transables, confían en que el impacto será menor que en el pasado y que la tendencia desinflacionaria iniciada en 2024 continuará, proyectando un IPC de entre 26% y 27% para fin de año y un alentador 10-12% para diciembre de 2026.

Morgan Stanley también se sumó al optimismo, señalando una visión positiva del nuevo marco macroeconómico, que debería impulsar la acumulación de reservas y un crecimiento más sostenido. Si bien reconocen la probabilidad de presiones inflacionarias a corto plazo, consideran que el Banco Central cuenta con la «potencia de fuego suficiente» (unos USD 20.000 millones iniciales gracias a desembolsos del FMI, BID y Banco Mundial) para avanzar hacia un esquema de flotación administrada, brindando mayor certidumbre.

El banco estadounidense subraya que el levantamiento completo de los controles cambiarios es un imán para la inversión extranjera directa y el crecimiento. Aunque las reformas estructurales para un crecimiento a largo plazo se postergarán hasta después de las elecciones de medio término, la expectativa es que el nuevo régimen permita una mejora significativa de las reservas netas, pasando de USD -6.400 millones actuales a -500 millones para junio de 2025, y alcanzando un aumento total de USD 10.000 millones para fin de año.

Por su parte, BNP Paribas calificó la medida como un paso «en la dirección correcta», destacando que el cambio en la política cambiaria es más ambicioso de lo que esperaba el mercado. A pesar de la incertidumbre global y los riesgos inherentes al plan económico, consideran que el nuevo esquema es más sólido que el anterior y que las alternativas que se barajaban.

El banco francés enfatizó que el levantamiento de la mayoría de las restricciones cambiarias hará que cualquier ajuste adicional sea «menos traumático» que bajo un esquema más rígido. Un punto clave que resaltaron es la fuerte señal enviada a los mercados: en un año electoral, se mantiene la disciplina fiscal y se asume el costo político de una inflación transitoria más alta, lo que fortalece la credibilidad del Gobierno y prioriza los fundamentos económicos sobre la especulación electoral.

BNP Paribas también anticipa que una política más consistente, menor incertidumbre cambiaria y el respaldo de organismos multilaterales podrían generar una reducción sustancial del riesgo país. Además, creen que la eliminación de las restricciones para individuos debería llevar a una brecha no distorsiva entre el tipo de cambio oficial y el contado con liquidación. Proyectan que si la unificación cambiaria se da en torno al dólar financiero, la inflación podría volver a niveles cercanos al 3% mensual en tres meses. Respecto al Banco Central, confían en que la contención de la emisión monetaria por el superávit fiscal primario, sumado al aumento de la demanda de dinero y menores expectativas de devaluación, permitirá recomponer las reservas internacionales, cumpliendo con las exigentes metas del FMI.

En resumen, Wall Street celebra el adiós al cepo cambiario en Argentina, aunque con la cautela propia de un camino que aún presenta desafíos. La visión de estos tres gigantes financieros coincide en que las medidas adoptadas son un paso fundamental para sentar las bases de un crecimiento más sólido y sostenible.

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