Ayer lunes 2 de mayo falleció una de las mujeres emblemáticas del rock en la Argentina: María José Cantilo, guitarrista, compositora, cantante y acompañante de grandes músicos.
Nacida en 1953 recibió la influencia de su hermano mayor, Miguel, integrante del conjunto Pedro y Pablo. No es extraño, entonces, que muy chica comenzara a estudiar guitarra y a frecuentar a músicos como Miguel Abuelo, Pappo y Moris en la casa de su hermano, donde ella vivía.
Impregnada de un ambiente que buscaba la libertad al costo que fuere, se radicó en El Bolsón en la dura década de 1970. Retornó a Buenos Aires casi al final del gobierno militar y empezó a cantar profesionalmente. Ya en democracia, los festivales de La Falda y BA Rock le abrieron las puertas de los sellos grabadores, donde, en 1984, debutó junto a invitados de prestigio, como David Lebón, León Gieco y su hermano Miguel Cantilo. Con el transcurso del tiempo, dejó para la posteridad nueve discos.
Por tenencia y tráfico de drogas, María estuvo más de dos años presa en el penal de mujeres de Ezeiza. En 1994 publicó su dura experiencia en el libr el disco Sai Ram. En la bisagra entre los siglos, retornó a la música y volvió a grabar, esta vez con nuevos géneros, bossa nova y jazz, aunque siempre se consideró una rockera de alma. Su último disco es Esencia, producido en 2011 por su hijo, el guitarrista Gaspar Benegas.
