El escándalo por el presunto abuso sexual de por lo menos seis chicos de entre tres y cinco años estalló hace casi una semana en un jardín de infantes de San Fernando. En medio de una nueva manifestación de los padres frente a la institución que permanece abierta pese a la gravedad de la denuncia, la policía interceptó al docente acusado caminando por la calle y quedó detenido.

Se trata de un profesor de música del Jardín San José, ubicado en Victoria y que depende de La Pequeña Obra de la Divina providencia del Instituto Don Orione que, si bien los directivos del colegio fueron puestos al tanto de este hecho el miércoles pasado, siguió dando clases hasta el viernes como si nada hubiera pasado y recién esta mañana fue privado de su libertad.

“Necesitamos que la Justicia actúe más rápido”, dijo Jorge, abuelo de una de las víctimas del maestro. Según detalló el hombre, las familias presentaron el sábado la denuncia formal en la fiscalía de San Isidro pero “hasta el domingo no se les informó nada al resto de los padres” y ayer el jardín abrió sus puertas con total normalidad.

Después, indignado, el hombre señaló que durante todos estos días y mientras el presunto abusador seguía libre los chicos fueron sometidos a Cámara Gesell, a entrevistas con pediatras, legistas y psicólogas. “Los abusos se constataron”, remarcó Jorge, y añadió: “No escucharon a los chicos. Primero había que detener al profesor y después averiguar si los chicos decían la verdad”.

Las víctimas asisten a las salitas de 3, 4 y 5 años del jardín y, aunque oficialmente se presentaron seis casos en la Justicia, en las próximas horas creen que se podrían sumar al menos otras cuatro denuncias.

El relato del horror

“Mi nieta fue una de las que, gracias a Dios, pudo hablar”, indicó Jorge. Es que al principio, solo tres nenas fueron las que se animaron a empezar a contar sobre los manoseos que sufrían durante el horario de clases. Esos testimonios, sin embargo, salieron a la luz a través de los grupos de padres de WhatsApp y empezaron a multiplicarse en pocas horas.

Los relatos de los chicos se repetían, dolorosamente. A una de las nenas se la llevó a una habitación, a otro nene lo llevó al baño. En todos los casos lo hacía mediante engaños y amenazas. “A mi nieta la engañaba con una cajita de sorpresas”, contó el hombre, y precisó: “Le decía que no tenía que hablar porque sino se abría la cajita. Me da asco la verdad”.

“Seis o siete chicos no pueden mentir”, reflexionó Jorge por último, y resaltó que desde el miércoles, cuando pusieron en conocimiento del tema a las autoridades del jardín, el docente no solo siguió dando clases allí sino también en otros jardines de la zona. Las familias reclaman ahora que se aparte también a la directora de la institución “por negligente” y que se retome el dictado de clases virtual mientras avanza la investigación.