En una conversación reciente, la escritora argentina Ariana Harwicz habló sobre el viaje de su novela Matate, amor, de su publicación autoproducida en 2012 a su adaptación cinematográfica, que se estrena este 5 de noviembre y que está producida por Martin Scorsese. La película, titulada Die, My Love, es una adaptación radical de la novela, dirigida por la cineasta Lynne Ramsay, y protagonizada por Jennifer Lawrence y Robert Pattinson.
La novela, que Harwicz originalmente pagó de su propio bolsillo para ver la luz en trescientos ejemplares, ahora está en la pantalla grande, sorprendiendo a la autora con la profundidad y la intensidad con la que la directora ha plasmado los personajes y el tema de la maternidad.
Una Obra “Radical y Punk” en el Cine
La escritora no tenía idea de cómo se traduciría su obra al cine. No leyó el guion ni habló con los actores antes de ver la película, y fue en el Festival de Cannes, al sentarse en la butaca, cuando por fin descubrió qué habían hecho con los personajes que ella había creado. Aunque la novela transcurre en Francia, mientras que la película se sitúa en Estados Unidos, Harwicz se sorprendió al encontrar que, a pesar de las diferencias geográficas y culturales, la película mantenía el espíritu de la novela. La intensidad de los personajes y las escenas clave del relato, como el aislamiento de la protagonista, su deseo sexual y el impacto de la maternidad, fueron preservados.
El tono de la película, según Harwicz, es más radical que el de la novela, en parte debido a la dirección de Ramsay, que optó por una estética más punk y con una carga musical que no estaba presente en el libro. Harwicz menciona que la película tiene una estructura más lineal, comparada con los altibajos de la novela, que oscila entre humor y tragedia. Para la autora, la película explora la historia en un modo más filosófico, centrado en la locura de la maternidad, mientras que su novela abarcaba más el contraste de emociones.
La Maternidad y la Locura en «Matate, amor»
La película tiene una atmósfera obsesiva que refleja la psique de una mujer recién parida. La protagonista se encuentra aislada en una granja, con un marido distante y un bebé que requiere toda su atención. En un punto clave de la película, la mujer se enfrenta a la contradicción de que «el bebé no es el problema», sino todo lo que lo rodea: el aislamiento, la presión social sobre lo que se espera de las madres, y la depresión postparto. Esta idea, que está muy presente en la novela, fue adaptada con un enfoque más filosófico y minimalista en la película, concentrándose en la protagonista y su lucha interna, más que en los personajes secundarios.
Harwicz también destaca que la directora, Lynne Ramsay, logró darle a la historia un giro muy particular, enfatizando el estado emocional y mental de la mujer en un modo casi musical, usando la música (especialmente rock británico y post-punk) como una metáfora de la intensidad y la locura que atraviesa la protagonista.
Jennifer Lawrence: Una Madre Primeriza en el Cine
Uno de los aspectos que más impresionó a Ariana Harwicz fue la dedicación de Jennifer Lawrence, quien filmó gran parte de la película estando embarazada. Según la escritora, la actriz entendió perfectamente el estado de locura de su personaje, algo que las mujeres involucradas en la producción, incluida la directora y productora, también compartieron. El proceso de filmación fue tan inmersivo que Jennifer Lawrence estuvo amamantando cuando presentó la película, un detalle que Harwicz considera una prueba de la autenticidad con la que la actriz vivió el personaje.
A pesar de las diferencias, Harwicz se sintió muy conectada con la interpretación de Lawrence, quien dio vida a la protagonista de una manera extraordinaria, capturando tanto su tragedia como el humor negro del personaje. A Harwicz le hubiera gustado ver un poco más de esa dualidad en la película, pero también aprecia la visión radical de la directora.
Un Proyecto Impensable: De la Autopublicación a Hollywood
Lo que comenzó como un proyecto personal y casi invisible, en una edición autopublicada que no llegó a vender más que unos pocos ejemplares, se ha convertido en una película con producción de Scorsese y una distribución internacional. Harwicz se siente agradecida por el viaje que ha tenido, sobre todo considerando el esfuerzo que implicó la autopublicación de la novela en 2012, una época en la que Matate, amor no era más que un proyecto personal. La escritora recuerda que durante años el libro solo existió en trescientos ejemplares distribuidos casi en su totalidad entre amigos, hasta que la editorial Mar Dulce lo rescató y lo dio a conocer más ampliamente.
El camino hacia el cine se dio de una manera casi mágica, cuando un grupo de lectores estadounidenses le llevó el libro a Scorsese, quien, tras leerlo, decidió llevarlo a la pantalla grande. Luego, fue Jennifer Lawrence, quien leyó la novela y no dudó en comprometerse con el proyecto, producirlo y, finalmente, interpretar a la protagonista.
¿Qué Película Habría Hecho Scorsese?
Es una pregunta interesante, que Harwicz se hace en su entrevista, y que remite a la importancia de la política de género en la producción de la película. Aunque originalmente Scorsese había sido considerado para dirigirla, fue Lawrence quien insistió en que debía ser una mujer la encargada de llevar adelante el proyecto. La elección de Lynne Ramsay fue entonces un reflejo de esta perspectiva, y la película toma una dirección muy diferente a lo que habría sido la versión de Scorsese.
Con Matate, amor ahora adaptada al cine y lanzada internacionalmente, Ariana Harwicz no solo ha visto su obra llegar a un público masivo, sino que también ha abierto las puertas a nuevas oportunidades creativas, tanto para ella como para las futuras adaptaciones de su trabajo. Sin duda, una historia de perseverancia y éxito que muestra cómo la autopublicación y el paso del tiempo pueden convertir un proyecto personal en un fenómeno global.






