«Hoy, un juramento … mañana a reunirse con el gobernador de la provincia de Buenos Aires», diríamos recordando la canción que cantaba Gardel. Inquieto, de acciones veloces, en la jornada posterior a la jura, el flamante ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, sostuvo varias reuniones visitando la provincia de Buenos Aires en búsqueda de aliados para su gestión.
No es casual, pues, que inicie su mandato con un encuentro con el gobernador Axel Kicillof y su par bonaerense, Augusto Costa, ambos alineados con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Scioli, sin dudas, sienta presencia en el país para acelerar el diálogo con todos los sectores del Frente de Todos.
La reunión apuntó a coordinar la «agenda de trabajo conjunto», pero descomprime la interna del Gobierno. Scioli tiene el consenso de todos los sectores del peronismo y algunos empresarios, lo que relaja las tensiones entre los Fernández.
La memoria colectiva recuerda que en 2012, Kicillof y Scioli tuvieron una lucha interna cuando el exembajador, que gobernaba la provincia de Buenos Aire, tuvo que pagar el medio aguinaldo a empleados públicos en cuatro cuotas, y los fondos de Nación le llegaban a la provincia, constantemente, a cuentagotas. El Ministro de Economía, durante el mandato de la expresidenta, era el actual gobernador.
Con la expulsión de Matías Kulfas , Kicillof parece más cómodo en la coordinación con el Gobierno Nacional para avanzar en una agenda que potencie a Pymes y Parques Industriales, y se centre en el programa Empleo Joven, impulsado por el exministro saliente.
Claramente Scioli busca diferenciarse de su antecesor, del cual poco se comunicaba, y compartió también una reunión con su par de Educación, Jaime Perzyck, para «vincular la educación al mundo del trabajo».
