Este pasado fin de semana, el bitcoin y las principales criptomonedas cayeron estrepitosamente. Hoy lunes siguen cotizando a la baja confirmando la tendencia negativa que se inició tiempo atrás y afectando a las DeFi o finanzas descentralizadas.

Muy temprano, el bitcoin se conseguía a unos 24.000 dólares, mientras que Ethereum había perforado los USD 1.300. Otras criptomonedas más estables, como Cardano y XRP, se vendían a 0,45 y 0,31 dólares, respectivamente.

La capitalización bursátil de las criptodivisas cayó alrededor de un 12 % el último día, hasta casi 970.000 millones de dólares en la mañana del lunes, según datos de CoinMarketCap. No bajaba de los mil millones desde enero de 2021.

La causa de tal tragedia financiera está relacionada a una crisis de confianza en el sistema cripto, generada a partir del aumento de las tasas de interés y de la caída de las bolsas mundiales.

A las 8 de la mañana argentina del domingo, el bitcoin cotizaba por los USD 27.400 y su capitalización caía por debajo de los USD 523.000 millones, perdiendo más de 5 % en 24 horas y 7,40 % en la semana anterior, con bajas en 10 de las últimas 11 semanas.

La segunda cripto de mayor capitalización, Etherum, sufrió un alud aún más grave: 7,5 % en 24 horas y 18 % en 7 días, cotizando a menos de USD 1.458 y una capitalización inferior a USD 177.000 millones.

La gota que rebalsó el vaso cayó a mediados de mayo de 2022: el derrumbe de la stablecoin algorítimica Terra/Luna, que en menos de 48 horas perdió prácticamente todo su valor, pasando de una capitalización cercana a los USD 40.000 millones a una de casi cero.

Desde entonces, bitcoin, cuyo precio había rozado los USD 70.000 en noviembre de 2021, osciló en torno de los USD 30.000, logró por momentos acercarse a los USD 32.000 y posteriormente continuó en caída hasta este lunes, que llegó a valer poco más de 27 mil dólares.

El Nasdaq 100 perdió 5,6 % la semana pasada. En general, los mercados financieros y bursátiles han sido víctimas de la inflación y el aumento de las tasas de interés, pero las criptomonedas y las acciones de las empresas “tecnológicas” cayeron proporcionalmente más, ya que habían sido las más dependientes de la propulsión del dinero abundante provisto por los bancos centrales y los déficits de las principales tesorerías del mundo.

La abrupta baja en las cotizaciones parece proseguir en lo que resta del año. Junto con el colapso de Terra/Luna, aumentaron la demanda, en varios países, de una mayor regulación de las criptomonedas, en particular las stablecoin, supuestamente de valor fijo respecto de algún otro activo, como el dólar, a través de las cuales se realizan la mayoría de las transacciones del rubro.