¿Inesperado? Para el hincha de Tigre, no. Si algo esperaba era dar el zarpazo en un estadio donde River no perdía desde el clásico contra Boca y ganarle a un rival que había triunfado en casi el doble de partidos (9 a 5) y había marcado casi el doble de goles (31 a 17).

La jornada de fútbol del martes parecía que iba a marcar la tendencia de esta primera parte de las eliminatorias directas. Racing vapuleó a un Aldosivi que había perdido casi la mitad de los partidos disputados en grupo, y Boca dio cuenta de un Defensa y Justicia que venía en caída en los torneos local e internacional.

Sin embargo, ayer miércoles, Argentinos Juniors provocó la primera sorpresa. Con un jugador menos, por la expulsión de Galarza a los 10 minutos del segundo tiempo, diez minutos más tarde logró empatarle el partido a Estudiantes de La Plata. En los penales, Argentinos acertó 4 y el rojiblanco 3, por lo que el equipo dirigido por Gabriel Milito pasó a la próxima instancia relegando a uno de los mejores del torneo.

Pocos minutos quedaban para que, a las 21.30 se iniciase, en el estadio Liberti, el partido de River ante Tigre para saber cuál iba a ser el rival del elenco de La Paternal. Todos los medios daban cuenta de la superioridad en los números y el fútbol del equipo que dirige Marcelo Gallardo, además de su extraordinaria eficacia en partidos “mano a mano”.

Sin embargo, sorprendió el elenco tigrense de entrada: al minuto ya generó una situación de gol por la izquierda a través de Colidio y, enseguida, Armani le sacó un tremendo disparo a Retegui. Mateo tomó revancha rápidamente: gran centro de Zabala desde la izquierda y un cabezazo complejo, saltando hacia atrás y girando el cuello, para ponerla en un rincón abajo. Golazo.

En lugar de solo retrasarse, Diego Martínez entendió lo que muchos otros equipos no pudieron hacer contra River: defenderse lo más lejos posible de su arquero y cortar los circuitos de pase en toda la cancha. Impecable primera mitad del azulgrana, soportando solo tres llegadas claras del local.

En el segundo tiempo, River salió con todo y la definición de Enzo Fernández a los 11 minutos, en su segundo intento de larga distancia, pareció iniciar la debacle de Tigre. No obstante, el equipo volvió a mostrar sus recursos tácticos, cuando Colidio le robó la pelota a Díaz en la salida y con gran definición anotó el 2 a 1.

El juego desplegado por Tigre le causó tanta confusión a Gallardo, que River terminó jugando con dos hombres de punta y mandando centros desesperadamente, lo que exaltó las figuras de Luciatti y, sobre todo, Cabrera, con el apoyo de Demartini en los últimos 15 minutos. La garra y la buena disposición sobre la cancha anularon las habituales grandes actuaciones de Barco, De la Cruz y Álvarez, con lo cual de nada le sirvió al local contar con casi el 80 % de posesión de la pelota.

Tigre está a solo dos partidos de ganar nuevamente la liga. El domingo 15 a las 16.00 en Huracán será el próximo escalón. Recordemos que el 18 de octubre pasado, empataba sin goles contra Atlanta y casi quedaba condenado a seguir jugando en el Nacional. En seis meses es mucho, muchísimo.