Con tantos de Cabrera, Menossi y Colidio, el elenco de Victoria derrotó a Platense por 3 a 0. Curiosidades de esta actuación.
Luego de la dolorosa derrota ante Patronato, y en una semana especial, pues el miércoles debutará en la Copa Argentina (el partido anterior, contra Los Andes, lo ganó en AFA, pues no se presentó el equipo milrayitas), Tigre volvió a vencer y, por goleada, otra vez frente a su clásico rival zonal.
De entrada, Platense tuvo una opción de larga distancia, que salvó el arquero Roffo. Sin embargo, el gol de Cabrera, a los trece minutos, fue el principio del fin para el Calamar, como lo confesó el técnico marrón, tras el partido.
Para colmo, nueve minutos más tarde, Menossi pateó desde lejos, se desvió en un jugador visitante y venció a Ledesma. Lejos de retrasarse, el local siguió jugando muy bien, ensanchando la cancha, consiguiendo espacios, con un planteo muy inteligente del técnico Martínez y la reaparición de jugadores como Prediger (el mejor del cotejo) y Colidio (muy inteligente y autor del tercer gol con un tiro espectacular al segundo palo).
El segundo tiempo fue todo del Matador que, desde el banco, empezó a cuidar piezas para enfrentar a Deportivo Madryn dentro de cuatro días en cancha de Gimnasia y Esgrima La Plata a las 17.00.
Como datos curiosos: Platense perdió el invicto dentro de este torneo y de seis partidos finales del anterior; tenía 5 goles a favor y hoy Tigre le anotó 3; el azulgrana, por primera vez en diez partidos, no recibió un gol en contra y solo había triunfado en dos ocasiones (Unión en Santa Fe y Estudiantes en Victoria); ya había hecho 3 goles en un partido, pero Boca le había metido 5; no ganaba por goleada desde el 4 a 0 a Platense el 15 de marzo y ese fue el último partido en el que había señalado, al menos, 2 goles en el primer tiempo como hoy (en la Copa de la Liga había terminado 3 a 0 el primer tiempo).
Platense, de muy buena campaña, se fue con muchas preguntas tras un partido para el olvido. Tigre, de flojo desarrollo, puede tomar este triunfo como un envión anímico, que deberá reflejar en lo futbolístico, incluyendo los resultados.
