Se trata de Jimmy Butler, estrella del básquet norteamericano que se dio unos gustos futboleros en sus vacaciones por Argentina.
Uno de los mejores jugadores de la más importante de las ligas de básquet del mundo, Jimmy Butler. se dio una vuelta por Buenos Aires. El domingo vivió el calor y color que pone habitualmente la hinchada de Boca en una Bombonera llena, que festejó la presencia de su ídolo, Martín Palermo, técnico calamar, y una victoria sin atenuantes sobre el elenco de Vicente López.
Terminando el feriado largo y en una despoblada capital argentina, el basquetbolista norteamericano cruzó el Riachuelo y, en el estadio Juan Domingo Perón, recibió una camiseta de Racing con el histórico número 22 y pateó un penal. Con su habitual desparpajo, a la cámara le advirtió que la cruzaría: “Solo sé pegarle a un lugar. Le voy a pegar abajo a la izquierda”.
El alero del Miami Heat apuntó y comentó: “No la va a atajar y no voy a patear fuerte”. Como si fuera un doble o un triple en plena NBA, tocó suave la pelota y dejó sin chances al joven e improvisado arquero local. Butler festejó, abrió los brazos, los levantó y confirmó su ejecución: “Te dije que sería gol y que solo sé patear a un lugar”.