De acuerdo con los datos del INDEC solo la superan tres países. El cuarto está casi 40 puntos por debajo. En nuestro continente, el tercero está nueve veces más abajo .
El Índice de precios al consumidor del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó oficialmente que en diciembre la inflación había llegado al 5,1 % y, por tanto, 2022 se cerró con un triste récord: 94,8 %, la peor marca desde otro gobierno peronista (Menem, 1991) y el cuarto país del mundo con mayor incremento de precios.
En América aparece el “ganador”, el país al cual el kirchnerismo le ha rendido admiración constante: Venezuela con 305 %, según la medición independiente del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF). El Banco Central del gobierno de Nicolás Maduro, como era de esperar, todavía no publicó la inflación de los últimos dos meses del 2022.
Medalla de plata (en verdad, plata es lo que hace falta) para Zimbabue con 244 %. Lo raro es que tuvo 558 % en 2020 y 98 % en 2021. Para 2023, el FMI le proyectó una suba del 203 %.
El bronce es para El Líbano con un 142 %, aunque solo escrutados once meses. En 2019 había entrado en default y entre ese año y 2021 acumuló una recesión del 58 %. .
Después de Argentina, cuyo gobierno había calculado un ¡¡33 %!! vienen Turquía (64 %), pese a que en 2021 había superado a la Argentina en ese lugar. En América, Venezuela Colombia es tercera (13,1 %). Curiosamente Brasil tuvo solo 5,7 % y decidió cambiar el partido político gobernante.
Otra rareza: los países con conflictos armados externos o internos tuvieron tasas de inflación menores a la Argentina: Siria: 55 %, Etiopía: 35 %, Ucrania: 26 % y Myanmar: 19 %. Evidentemente, no pasa por los problemas bélicos sino por la administración. Ni siquiera países considerados como pobre, como Nigeria (21 %), Uganda (10 %) o Kenia (9 %) se acercaron al registro celeste y blanco. No pasa por lo que parece sino por la adminstración.
El informe Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial señala que la elevada inflación y los controles de precios y de capitales constituyen un fuerte obstáculo para el crecimiento económico del país.