La Alta Comisionada por los Derechos Humanos incluyó el caso de la provincia que gobierna Insfrán en el informe que recopila violaciones a las garantías en todo el mundo. El canciller acusó a la oposición de hacer “un uso falaz” de las palabras de la ex presidenta de Chile.
El gobierno argentino sumó un nuevo traspié internacional en las últimas horas al ser incluido el país en el informe que trata sobre los abusos y violaciones a los derechos humanos en el mundo, debido a la actuación de Gildo Insfrán en la provincia de Formosa para enfrentar el COVID-19. Se trata de otro episodio negativo que afecta al país, tras las críticas que provocó la abstención a la condena contra la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua en la OEA.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet, le dedicó a la Argentina un párrafo por “las graves preocupaciones de derechos humanos en la provincia de Formosa”, durante la crisis sanitaria desatada por el coronavirus. Fue durante la lectura de su informe en la 47° sesión del Consejo que se celebró en Ginebra este lunes.
“En Argentina, el equipo de la ONU en el país se movilizó rápidamente para responder a las graves preocupaciones por los derechos humanos en la provincia nororiental de Formosa cuando la pandemia se apoderó de ella. El Coordinador Residente de la ONU dirigió una misión de evaluación virtual con la participación de UNICEF, UNFPA, OMS / OPS y ACNUDH. Luego inició consultas con las autoridades sobre un posible programa estratégico conjunto de la ONU para responder a la emergencia sanitaria en la provincia de acuerdo con las normas internacionales de derechos humanos, que incluye abordar una serie de problemas estructurales, con especial atención a los pueblos indígenas y las poblaciones vulnerables”, indicó Bachelet en un documento oficial, en el marco del Consejo de Derechos Humanos del organismo.
La ex presidenta de Chile, a quien desde el oficialismo la consideran “una amiga”, incluyó ese párrafo en el informe que alertó sobre los “mayores y más graves retrocesos” en materia de derechos humanos “que hayamos visto nunca”, en medio de la pandemia de COVID-19, que se llevó la vida de millones de personas a lo largo del globo. Lo que ocurrió en Formosa, Argentina, estuvo mencionado junto a episodios de graves violaciones a los derechos humanos registrados en Camboya, Serbia, Guinea, Ucrania, Madagascar, Líbano, Afganistán, Bielorrusia, China, Colombia, Etiopía, Haití, México, Mozambique, Rusia y Sri Lanka.
LA RESPUESTA DE FELIPE SOLÁ
Sin embargo, el canciller Felipe Solá hizo una lectura diferente de lo ocurrido: “Hoy en Ginebra, Bachelet destacó la respuesta positiva de Argentina a la acción de su equipo en Formosa. Estamos satisfechos con su informe pese al uso falaz del mismo que quiere hacer la oposición, que oculta el elogio al trabajo en común con la ONU”.
El ministro Solá salió así al cruce de la oposición, que se adjudicó como una victoria política la mención de la Argentina en el informe Bachelet, debido a que presentó una denuncia con el detalle de las denuncias de abusos y violaciones a los derechos humanos del gobierno de Insfrán, donde mencionaba detenciones arbitrarias, agresiones, confinamiento compulsivos, violencia policial, entre otros.
“Hoy Bachelet explicó lo que se hizo desde la ONU para seguir las graves denuncias sobre violación de DDHH en Formosa. Junto a Luis Naidenoff denuncié el tema internacionalmente porque el Gobierno nacional encubría a Insfrán. Esta es la primera respuesta”, publicó Mario Negri en Twitter. “En febrero pedimos la intervención de la Alta Comisionada para los DDHH de la ONU, Michelle Bachelet, en Formosa. Hoy dio cuenta de las graves violaciones a libertades por parte del gobierno de Insfrán. Argentina pasó a estar bajo la lupa mundial”, completó el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados.
Tanto Negri como el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, y otros dirigentes opositores hicieron mención al informe de 25 páginas que se elevó a la oficina de Bachelet. Este dossier llegó a las Naciones Unidas, pero Bachelet no lo tuvo en cuenta al momento de hacer su presentación formal. Según la explicación que surgió desde el ámbito oficial, la Alta Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU se basó en su propia información y sobre eso aseguró que tres países -Camboya, Serbia y Argentina- entendieron la situación institucional y se comprometieron a mejor la situación en sus territorios.
La posición de Bachelet y la reacción posterior de la Casa Rosada, contrasta con la postura del secretario de DDHH de la Nación, Horacio Pietragalla, que antes de la presentación en la ONU había visitado Formosa y, a pesar de las múltiples denuncias, aseguró que no había abusos a las garantías fundamentales en Formosa.
“(Los centros) son lugares que están con aire acondicionado, nadie se quejó de la comida, nadie se quejó del trato de las personas que están a cargo del lugar… Sí hubo reclamos de ciertas cuestiones puntuales, donde no se les explicó más los detalles de los procesos de hisopado y vacunación. Eso lo transmitimos y la idea es que haya más diálogo”, dijo Pietragalla, desconociendo las acusaciones de los referentes opositores provinciales y las investigaciones previas que hacía la ONU.
El gobierno de Alberto Fernández volvió a quedar, así, en medio de controversias por su posición en materia de respeto de los derechos humanos, un valor que desde la recuperación de la democracia, en 1983, el país mantuvo como un prestigio reconocido internacionalmente. En las últimas semanas fue duramente cuestionada la decisión de abstenerse en la condena a la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua, que detuvo a opositores políticos y está acusado de graves delitos de lesa humanidad.
De hecho, debido a los fuertes cuestionamientos por la equívoca posición ante las arbitrariedades del régimen sandinista, Argentina junto a México llamaron a consulta a sus embajadores, en muestra del retiro del apoyo diplomático que le habían dado ante la condena de 26 países de América, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Brasil y Chile, entre otros.