Ana Bustamante (27) escuchó su nombre completo, seguido de una calificación: ocho. Inmediatamente sintió alivio. Luego vino la felicidad, seguida de lágrimas imparables. Salió del aula del instituto, pensó en su madre María Angélica, en su hija Sofía (7) y se fue a su casa.
La fecha no la olvidará jamás. La tiene grabada en el corazón: un 5 de octubre de 2021. Ese día obtuvo su título tan deseado, el de trabajadora social, al igual que su madre que murió cinco días antes de que ella empezará la carrera.
La llegada de la pandemia le dio otro sacudón. Se quedó sin trabajo “por reducción de personal”. Sin un ingreso estable, ya no pudo seguir pagando las cuotas de la facultad. “Solo contaba con la pensión de mi madre, pero ese dinero tenía que alcanzar para tres personas”, se sumó su padre, enfermo de EPOC. “Siempre que podía me guardaba un vueltito para la carrera”. Hasta que ya no pudo afrontar la deuda de sus cuotas que ascendió a 120.000 pesos. Le quedaban apenas cuatro materias.
Puso a la venta 500 tickets a 100 pesos cada. Los premios, todos donados, eran una parrillada para cuatro, una caja de hamburguesas caseras, un perfume y un corte de pelo. Lo publicó en las redes, y en pocos días los vendió. “Tenía gente de todo el país acompañando mi causa. Recibí apoyo de tantas personas, estaré siempre agradecida”. El sorteo se hizo un día antes del Día del Amigo, el 19 de julio.