La CGT, la CTA y los movimientos sociales afines a Alberto Fernández, además de la izquierda, realizarán una marcha en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. El Gobierno quiere frenarla, pero hasta ahora no lo ha logrado.
Si bien los organizadores de la marcha que se prevé para mañana al mediodía afirman que no reclaman contra el Gobierno, sino contra “los empresarios que remarcan precios”, el Gobierno sabe que no es así y que atenta contra el pedido del ministro de Economía, Sergio Massa, por cien días de paz.
El reclamo sindical es un mensaje directo al Gobierno. La inflación de julio fue de 7,4 % y la suba de precios en los primeros siete meses del 2022 alcanzó el 46,2 %, mientras que en los últimos doce meses la cifra acumulada trepó a 71%. ¿No es contra Alberto Fernández y su gente?
Los obreros perdieron el poco poder adquisitivo que ya tenían y exigen de sus líderes alguna reacción. El tiempo pasa y no se toma ninguna medida contra una depreciación del peso que cada vez vale menos.
Massa se reunió con Carlos Acuña y Héctor Daer, dos de los tres secretarios generales que tiene la CGT. Ambos le dejaron en claro que no aceptarán un aumento fijo para compensar el desajuste de las paritarias con la inflación. Quieren paritarias abiertas. Fue la última señal concreta de que no bajarían la movilización.
La tensión que existe la expuso con crudeza Pablo Moyano. El más duro del triunvirato que conduce la CGT se refirió este lunes a las declaraciones del nuevo secretario de Comercio, Matías Tombolini, que durante el fin de semana dijo que en el aumento de los precios de los alimentos hay “una cuestión de percepción”.
“No lo escuché, pero si dijo que la inflación es una percepción, es un inútil. Salí a la calle, hermano, y fíjate cómo están los salarios de los laburantes. Uno que está permanentemente en las calles, asambleas y empresas ve las necesidades de la gente”, afirmó en una clara posición que no satisface al oficialismo.
Ya Moyano había expresado la debilidad de la actual conducción ejecutiva, al señalar que los aumentos de precios, en gran medida, se generan por “la especulación de los empresarios”, pero que “el Gobierno no tiene la dureza para pedirles que se dejen de joder y enfrentarlos”.
Y lo reafirmó respecto a la convocatoria para mañana: “La marcha del 17 no es ni a favor ni en contra del gobierno, es un llamado de atención para que el gobierno se ponga las pilas y controle a estos empresarios”.
El presidente, Barrios de Pie y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) de Juan Grabois son dos de ls movimientos sociales más importantes del país que estarán presentes. Grabois es uno de los dirigentes sociales más duros con el Gobierno en el último tiempo y su fuerza está cerca de romper el cerco del oficialismo, en desacuerdo con el avance de la política económica. Ya avisaron que si no hay medidas para los más relegados, evalúan la posibilidad de irse del Frente de Todos. A principio de septiembre definirán el rumbo a seguir.
El punto de encuentro será el Obelisco. No habrá oradores ni escenario. Será solo una movilización callejera y un comunicado. Hasta ahora no hay confirmación oficial de que La Cámpora participe de la movilización. Si lo hará la CTA de los Trabajadores, que conduce Hugo Yasky, un dirigente sindical muy cercano a Cristina Kirchner, y el Movimiento Evita.
El Polo Obrero acompañará con un mensaje en contra del gobierno nacional y su política económica y concentrá a su gente en la Plaza de Mayo, ya que su disconformidad se dirige hacia la Casa Rosada.