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GOLPEARON SALVAJEMENTE A UN MUCHACHO A LA SALIDA DE UN BAILE EN CAÑUELAS

 

Pudo ser un nuevo “Fernando”. Casi lo matan a él y sus amigos. Otro caso de agresión juvenil que engruesa la lista en un país con graves problemas de seguridad.

Demian, un joven de 18 años, aguardaba la llegada de un remís en la puerta de un boliche en la localidad bonaerense de Cañuelas. De repente, aparecieron los cobardes que solo se agrandan en patota y empezaron a golpearlo. Lo desmayaron a trompadas. Por fortuna (así de triste) creyeron que ya estaba muerto y lo dejaron.

Todo pasó el domingo 8 de enero cuando Demian y un grupo de amigos habían ido a bailar desde Virrey del Pino hasta Alcuba, un boliche de Cañuelas. Según su relato, los criminales no se encontraban dentro del bailable, sino que pasaron por el lugar y empezaron a agredirlos, primero tirándoles objetos y, luego, a golpes.

Demian cayó al piso y uno de los agresores le pegó una patada en la cabeza que le provocó la pérdida de conocimiento. A TN le contó: “Estábamos tranquilos esperando a que llegue el remís y de la nada empezaron a decir cosas, a buscar para pelear. Nos empezamos a alejar porque no queríamos pelear y ellos la seguían, nos siguieron una cuadra y ahí es donde nos alcanzaron”.

Su amiga Lucía logró defenderlo, pero la amenazaron con quebrarle los nudillos. Los otros amigos también fueron víctimas. Brad quedó tirado en la esquina. “Desde ahí escuchaba que ponían excusas para pegarle y que la gente no se metiera: cuando él estaba desmayado, le decían ‘violador’”, señaló.

La situación posterior rima con este estado salvaje que prevalece en Argentina. Un auto particular lo llevó a Demian al hospital loca, pero no lo quisieron atender. “Me dejaron a un costado hasta que estuve consciente y apenas pude caminar me soltaron. Dijeron que estaban cansados de atender a chicos que llegaban de pelearse borrachos”, explicó el muchacho, que recién lo vieron los médicos en el Hospital Marzetti y luego en el Balestrini de Ciudad Evita.

“Cuando recibo el llamado era temprano y lo primero que se me vino a la cabeza fue lo de Fernando (Baez Sosa) porque él (Demian) había salido a bailar. Si le pegaban más, mi hijo podría estar muerto”, lamentó Cintia, la mamá del chico.

Ojalá la justicia actúe también en estos y los reiterados casos de violencia generada por el alcohol, las drogas y la falta de seguridad de nuestro país, que anda sin dirección a la deriva, mientras las autoridades se dedican al proselitismo.

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