El juez federal Sebastián Casanello avanza sobre las dos empresas investigadas por hacer facturas truchas al Polo Obrero, las que se cree se utilizaron para simular gastos y ocultar el destino final de los millones de pesos que la organización recibió como unidad de gestión del Potenciar Trabajo.
La Justicia ya tiene probado que de los $113 millones que el Polo Obrero recibió del exMinisterio de Desarrollo Social, $25 millones se desviaron a la imprenta Rumbos y a Coxtex S.A., que para la AFIP es una empresa que se creó con un único objetivo: hacer facturas truchas. Esta última compañía hizo en favor del PO recibos apócrifos por un total de $5 millones, los que se cree luego se ocultaron en otras tres empresas fantasmas.
Coxtex fue fundada en 2020 por Luis Alexander Pichuaga y Mariana Soledad Vega. Estas dos personas – a su vez- crearon en estos últimos años tres compañías más: Ciriano Shoes CRL; Recinsur S.A. y VSP Consulting S.A. El juzgado de Casanello cree que parte de los $5 millones que el Polo Obrero le envió a esta empresa, la que luego emitía facturas por servicios o elementos que no se prestaban o entregaban, terminaron en esas tres firmas apócrifas.