No hubo equivalencias entre los Pumas y los All Blacks en la primera semifinal del Mundial de Rugby Francia 2023 que se disputó este viernes en el Stade de France de Saint Denis en la que Nueva Zelanda se impuso sin atenuantes 44-6 y accedió a la definición del 28 de octubre en el mismo estadio vs. Inglaterra o Sudáfrica, que se enfrentarán este sábado en el otro cruce. La Argentina no pudo hacer prácticamente nada frente a un rival que lo superó en todos los aspectos del juego y evidenció la diferencia que hay entre uno y otro.
Muy lejos quedó el penal de Emiliano Boffelli con el que la albiceleste abrió el marcador y lideró algunos minutos. Ocurrió en el, quizás, mejor momento de los sudamericanos en el juego porque pudieron plantarse de igual a igual, fueron ofensivos y sumaron, una premisa con la que encararon el desafió de lograr la hazaña. Pero lo que siguió fueron dos cachetazos: en sus primeras ofensivas punzantes, los oceánicos llegaron al try por intermedio de Will Jordan y Jordie Barrett, uno de ellos convertido por Richie Mo’unga. Superado el primer vendaval, los dirigidos por Michael Cheika arrinconaron contra el ingoal a los de Ian Foster, estuvieron a centímetros de apoyar la pelota y arrimarse, pero decidieron patear a los postes un penal del rival y cerraron el ataque con gusto a poco más allá de que el wing rosarino acertó.
Lo que sobrevino fue todo de los ‘hombres de negro’. Luego de un penal de Mo’unga con el que los All Blacks retomaron la máxima ventaja hasta entonces de nueve puntos (15-6), Shannon Frizell anotó el tercer try antes de que concluya la primera mitad y, apenas iniciado el complemento, el apertura sentenció la historia con el cuarto apoyo. Si bien lo convirtió, la baja eficacia de Mo’unga para acertar a los postes (hizo tres de las siete conversiones que tuvo) hizo que el tanteador no sea aun más abultado en una noche donde miles de argentinos vestidos de celeste y blanco sufrieron en las tribunas del estadio la categórica caída de unos Pumas que lucharon hasta que el árbitro australiano Angus Gardner marcó el final.
Frizell y Jordan por duplicado, el último con una gran jugada personal que incluyó un kick para evitar ser tackleado por dos rivales, pusieron cifras finales a la primera semifinal de la Copa del Mundo entre dos equipos que en la previa se sabían de potencial diferente y se impuso el hambre de gloria de Nueva Zelanda por sobre la ilusión de hazaña de la Argentina. De hecho, los oceánicos construyeron la victoria más amplia en la historia de las semifinales de las citas ecuménicas.