El conjunto dirigido por Sebastián Battaglia no pasó a los cuartos de final de la Copa Libertadores. ¿Cuáles fueron las causas? ¿Podrá River hoy sortear el escollo de Vélez?
¿Habrá sido la confianza en Rossi, muy merecida, para atajar los penales? ¿La seguridad de que en cualquier momento podía aparecer el gol salvador? ¿La certeza de que si se había traído un buen punto desde San Pablo no se podía dejar de ganar en La Bombonera?
No podemos saber qué pensaban los jugadores y el cuerpo técnico de Boca, pero lo cierto es que, pese al intenso dominio que ejerció sobre un disminuido Corinthians no logró el objetivo: triunfar y pasar a una instancia en la copa más deseada en América.
El local tuvo sus oportunidades muy claras en el primer tiempo: la más evidente fue el penal que erró Benedetto. En el segundo, con el elenco brasileño totalmente tirado atrás, Boca no tuvo ideas. Solo Villa, por las puntas, intentó algo, pero sus centros encontraron muy poca gente propia dentro del área contra un ejército de rivales. Boca casi no probó de media y larga distancia, y los pases en profundidad de sus volantes carecieron de eficacia.
Algunos medios destacaron la actuación de Rojo, pero me parece exagerado, ya que Corinthians solo dispuso de un delantero (Guedes), con lo cual cualquier defensor debería encontrar muchas facilidades. Es más: lo único objetable de su técnico, que no patea penales, ni tira centros, ni cabecea, es dejar a Vázquez en el banco de suplentes y nunca desarmar la línea de fondo, donde le sobraban jugadores. Sería mucho más letal su equipo con tres de punta que, por caso, adelantar a Advíncula como ocho, posición en la que se lo vio perdido.
En los penales, esta vez la suerte le jugó en contra. Benedetto tuvo el pase en su pie y mandó la pelota a la tribuna. Cássio le atajó el tiro a Ramírez. Gil, que entró por el lesionado Joao Victor y jugó un gran segundo tiempo, remató a la derecha del arquero de Boca que alcanzó a manotear la pelota y se le resbaló, lo mismo que la clasificación para enfrentar al ganador de Flamengo (venció 1 a 0 en Colombia) ante Deportes Tolima.
En tanto, River intentará superar a Vélez para remontar el escaso 1 a 0 en contra que se trajo desde Liniers, en un partido en el que el elenco de Medina “le perdonó la vida”, pues tuvo claras oportunidades para golearlo. El equipo de Gallardo está experimentando un serio bajón futbolístico, visible también en el cotejo ante Huracán, contra el que perdió 3 a 2 por el campeonato local. Y la excusa de jugar con suplentes no tiene sentido: nombre por nombre tienen muchísima más calidad que unos 25 equipos de Primera. Hoy, a las 21.30 empezará a dirimirse el pleito para saber quién sigue en cuartos. Si los visitantes juegan con la misma intensidad y calidad que la semana pasada serán una piedra en el zapato para River. Pero si aparecen sus grandes figuras, el local puede dar el esperado salto a una nueva instancia.
