El equipo de Martínez sigue sin ganar como local. Domina, crea situaciones de gol, pero su rival, con casi nada, le empató el partido y casi se lo gana.
Desde el 15 de abril, en que derrotó 2 a 1 a Huracán, Tigre no volvió a ganar en Victoria. Luego empató sin goles contra Arsenal y perdió 2 a 0 frente a Boca. Entre ellos hubo dos derrotas como visitante (Estudiantes y Vélez). Clasificó a las instancias finales casi milagrosamente. Pero, en el mejor partido desde que volvió a Primera, derrotó a River en el Monumental en un inolvidable 11 de mayo. Lo siguieron dos cotejos en los que jugó mal y muy mal: Argentinos, pese a eliminarlo por penales, pero disfrutando 70 minutos con un hombre de más, y Boca, en una final donde casi no hubo paridad y fue goleado.
El inicio del presente torneo fue esperanzador: perdía 1 a 0 en Santa Fe y, en una ráfaga, Colidio y Sosa sellaron el 2 a 1 ante Unión. Luego, la nueva racha sin victorias: como local, 1 a 1 contra Barracas y el gol de Dátolo para perder contra Banfield. Tampoco contribuyeron los partidos afuera: caída ante Boca y empate frente a San Lorenzo cuando ganaba 1 a 0.
Lo que más llama la atención, y se hizo evidente en el empate 1 a 1 de hoy frente a Talleres, es la falta de gol en proporción a la gran cantidad de llegadas. Tigre pateó 8 tiros directos al arco; Talleres 2. Tuvo 21 tiros en general hacia la valla; el visitante, 7. Pateó 11 corners; la T, 4. Esto confirma la tendencia de todo el torneo en el que Tigre es el equipo que más disparos hizo al arco: 32 sobre 89 intentos. Sin embargo, en Victoria solo marcó dos de los escasos 8 goles que atesora.
Hoy tuvo absolutamente todo para ganar: buen fútbol en figuras como Menossi, Protti (foto) y Fernández, y muchas llegadas, pero el travesaño, el arquero visitante o las demoras y falta de puntería para definir lo dejaron expuesto a una flaca diferencia que, faltando, seis minutos se acabó: córner y cabezazo preciso de Catalán para el empate cordobés. Ya en el descuento, Pizzini se perdió el segundo cuando era más fácil hacerlo que errarlo.
¿Por qué Tigre paga muy caro estos errores de cada partido? Creo que el técnico demora mucho los cambios: hoy Castro debió salir antes, por ejemplo. Otra razón es la disminución de calidad de varios jugadores, como Magnin, que casi no juega habiendo sido un terrible goleador en el ascenso; o Zabala, ya suplente, pero de poco peso en los partidos. Una más: la falta de concentración o estado físico: 7 de los 10 goles que le marcaron en el torneo se los hicieron en la segunda etapa. Y si sumamos los cinco partidos finales del torneo anterior son 12 goles sobre 20.
Tiene mucho que pulir Martínez, sobre todo, jugadores para recuperar y, lo más difícil, concretar un porción mayor de las muchas situaciones de gol que crea. Todavía la clasificación a la Copa Sudamericana está cerca. Todavía está “vivo” en Copa Argentina. Hay esperanza, pero hay que trabajar también, máxime que el próximo escalón es el duro partido, en el estadio Diego Maradona, contra un Argentinos Juniors que juega bien.