fbpx

UNA ESCUELA PORTEÑA, ENTRE LAS DIEZ MEJORES DEL MUNDO

 

La World’s Best School, que reconoce a “la mejor escuela del mundo”, incluyó en el top ten a una escuela de Floresta. El premio mayor lo obtuvo un establecimiento de Filipinas.

La Escuela Técnica N° 8 Paula Albarracín de Sarmiento, ubicada en el barrio de Floresta, Ciudad de Buenos Aires, utiliza un viejo sitio de detención ilegal y tortura, conocido como Olimpo, para instrumentar el proyecto “Acuaponia, sustentando la memoria”. Estudiantes de primer y segundo año participan de una huerta orgánica junto a una primaria de la zona. De un pequeño proyecto de cultivo, premiado en una feria de ciencias que organiza el ministerio de Educación porteño, surgió una propuesta: escalar la acción e intervenir el centro clandestino de detención.

“En un principio, hacía agroponia, que son cultivos en espacios reducidos. Ahora con la acuaponia buscamos generar nutrientes a partir de estanques de peces nativos. Los desechos de los peces son nutrientes, liberan el agua de toxinas, y luego se llevan a cultivos en tierra. La idea es generar un circuito”, explicó Mónica Arbiter, rectora de la escuela desde 2018, en diálogo con Infobae.

La escuela técnica combina así sus especialidades (química y ciencias sociales). Gran parte de los alumnos son de hogares pobres, algo fundamental pues el desafío les cambia la cabeza, generándoles interés por el medioambiente y por el momento histórico más oscuro de la Argentina.

“La escuela fábrica los nutrientes madres para otras cincuenta instituciones, muchas de ellas escuelas públicas o privadas de la Ciudad de Buenos Aires. Cada escuela se lleva un poco y en sus establecimientos lo reproducen. De cada kilo se pueden hacer casi 50 kilos. Por lo que el proyecto se replica”, señaló Arbiter.

El jurado del World’s Best School nominó a esta escuela de Floresta entre las diez candidatas en la categoría ambiental. En definitiva, el premio se lo llevó Bonuan Buquig National High School, una institución filipina.

Sin embargo, la consideración del concurso hizo declarar a la rectora de la Albarracín: “Es un orgullo para nosotros. Somos una escuela pública, que como toda escuela pública está abierta a la comunidad. Recibimos a nuestros estudiantes y los formamos con título profesional, ya listos para trabajar en distintas industrias como la farmacéutica, la perfumería o la medicinal. Trabajamos con lo que tenemos y logramos cosas maravillosas”.

ÚLTIMAS NOTICIAS